Antes de leer este artículo recomiendo al lector que apague toda fuente sonora que le sea posible. Silencie el televisor, la radio, cierre las ventanas y las puertas, enciérrese en su estudio o habitación, mejor dicho, haga todo lo posible para alejarse de la mayor cantidad de ruido posible. ¿Qué tal se siente ahora? Un poco mejor, ¿no?
El silencio es algo que día a día conocemos menos, día a día estamos inmersos en la ciudad llena de automóviles sonando sus cláxones, acelerando, frenando; hay locales comerciales que manifiestan su producto a través de altavoces a todo volumen para hacerse notar por encima de su competencia; el sonido del celular, los murmullos de la oficina, televisores en zonas comunes… todo aporta a una situación donde el ruido es el factor principal en el ambiente. Se anhela llegar a casa y por fin descansar, alejado de tanto bullicio, de un día que nos ha fatigado más por la sobreinformación recibida en nuestros oídos que por los quehaceres rutinarios.
¿Se ha preguntado qué efectos trae el silencio a nuestro cuerpo? Ya debe haber oído sobre las innumerables consecuencias del ruido a nuestro confort, salud y bienestar . Pero, si el ruido es contraproducente, ¿será el silencio benefactor?
Cuando el cerebro deja de recibir excesiva información de ruido, su primera sensación es la de tranquilidad, se liberan endorfinas las cuales se encargan de dar una sensación de relajación y bienestar. Existen muchos lugares donde su principal producto de venta es El Silencio, desde una habitación en un museo de artes en Manhattan que te asegura casi la cancelación total de ruido, hasta cursos de meditación en lugares alejados donde el ruido de ciudad no llega. Se han realizado estudios donde se evidencia la importancia y los beneficios de un entorno silencioso, por ejemplo, la concentración y efectividad en las tareas realizadas se ve considerablemente aumentada, la intensidad de nuestros pensamientos crece permitiendo una conexión mente-trabajo más eficiente, nos hacemos más consciente de sí mismos, lo que conlleva a una satisfacción interna que predispone una mejor actitud ante el trabajo y la vida.
Figura 1: muestra artística de Doug Wheeler, artista de la luz y el sonido, donde se dispone un espacio similar a una cámara anecoica y los visitantes pueden experimentar una inmersión en el silencio.
Además de los beneficios psicológicos del siilencio, los beneficios físicos también se manifiestan. La disminución de la presión sanguínea o el decaimiento en la segregación de cortisol, son solo algunos factores que demuestran los beneficios de un espacio silencioso. Desde otro punto de vista, los ejemplos sobre la presión sanguínea y el cortisol, más que ser un efecto que el silencio produce es más una condición que el silencio no reproduce. Explicándolo de otra manera, hay sucesos que solo ocurren bajo la presencia del silencio. Imke Kirste, en 2013, experimentó con 4 grupos de ratones adulto los efectos de sometimiento a varios tipos de ruido, los grupos eran estimulados con música, llamadas de ratones bebés, ruido blanco, y silencio. A medida que el estudio avanzaba descubrió algo que, para ella, fue una sorpresa. El grupo sometido al silencio tuvo un incremento de células en el cerebro el cual los hacía más sensibles y perspicaces a una estimulación externa de ruido, permitiéndoles actuar con mayor certeza y prontitud antes las señales sonoras que pudieran indicar algún aviso en especial, sea peligro o el llamado de sus crías.
El silencio es valioso porque tú no puedes pesarlo, registrarlo, o exportarlo. Tampoco puedes comerlo, coleccionarlo o regalarlo. Además es frágil, romper el silencio es tan sencillo como quebrantar un vidrio o una porcelana, todas esas cualidades hacen del Silencio algo especial. Noora Vikman, una etnomusicóloga, tuvo la oportunidad de estar en un lugar alejado de todo ruido de ciudad, experimentando un silencio poco común. Al volver a su vida normal dijo: Es extraño, la manera en que cambias. Tienes todo el poder, puedes romper el silencio incluso con el sonido más pequeño, pero entonces, tú no quieres hacerlo. Intentas estar tan silencioso como tú puedes estarlo”.
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