En nuestro quehacer nos encontramos a menudo con que las personas suelen confundir el término aislamiento acústico y acondicionamiento acústico, pero la verdad es que son completamente diferentes. Claro, el lector dirá – Ah pero es que usted ya sabe de eso, así cualquiera – así que en este blog queremos compartir con todos la diferencia entre cada uno y así poder aclarar algunas dudas.
Comencemos imaginando dos cuartos, supongamos el cuarto de Andrés y la habitación de Camila, ambas habitaciones están contiguas, es decir, una al lado de la otra, divididas por un muro en común. A Andrés le gusta mucho tocar batería, pero a Camila, en cambio, interpreta el piano; dos instrumentos que de lejos son muy distintos. Desde un principio tuvieron problemas entre ellos porque el ruido hecho por la batería se escuchaba patente en la habitación del piano, alterando las prácticas de Camila, la cual debe estar en “silencio” para escuchar las notas, concentrarse y practicar como se debe. Además Camila también tenía otro problema – pobre Camila – es que su habitación era muy reverberante (o tenía mucho eco, como comúnmente se conoce), lo que distorsionaba la percepción sonora del piano. Ella estaba desesperada y quería encontrar solución.
Representación gráfica de las habitaciones de Andrés y Camila.
Después de mucho leer, Camila se dio cuenta que un aislamiento acústico consiste, básicamente, en lograr que todo el ruido que se haga en la pieza de Andrés no se escuche en absoluto en la pieza de ella, o sea, Andrés podía tocar batería tanto tiempo y tan fuerte como quisiera, no interrumpiría en nada sus prácticas de piano y le permitiría concentrarse aún más. Eso sí, hacemos una pequeña aclaración, los aislamientos acústicos no solo deben de tener en cuenta la pared que divide las habitaciones, también es necesario considerar la transmisión por flancos, es decir, el sonido que se transmite por techo, paredes no divisorias, suelo y todo tabique que esté unido estructuralmente (Tema del que hablaremos en otra ocasión). El caso es que finalmente Camila notó que aislar era la solución. (Ver Figura 1)
Figura 1. Muestra de un aislamiento acústico. Disposición de ciertos materiales especiales entre los muros de la edificación para así evitar el paso de energía sonora de un recinto a otro.
Ya había encontrado la respuesta a la cuestión de la batería, ahora faltaba saber cómo hacer para que su habitación no sonara feo, bueno, no su habitación, para que el sonido del piano en su habitación no se sintiera como si estuviera en una cueva. Leyendo otro poquito, se enteró que un acondicionamiento acústico es proveer materiales y objetos dentro de la habitación para conseguir una absorción del sonido adecuada, es decir, disminuir el “eco” a tal punto que sea agradable según la fuente sonora (porque el “eco” agradable varía si se necesita emitir palabra hablada, música clásica, coro o teatro). Camila supo además que no es solo disminuir la reverberación del lugar, también es necesario asegurar una difusión homogénea de energía en todo el recinto – ¿Qué? – es decir, que se escuche la fuente de sonido de igual manera en toda la habitación, sin que hayan partes donde por cuestiones de comportamiento del sonido se escuche a menos nivel. Camila ya tenía la respuesta a su segundo problema. ¡Fantástico! (Ver Figura 2)
Figura 2. Ejemplo de acondicionamiento acústico. Los rectángulos negros cumplen el papel de absorbentes (disminuyen la reverberación) y la parte en cuadrícula naranjados son conocidos como difusores (esparcen la energía sonora por toda la sala).
Camila ya sabía la solución a sus dos problemas, esto le permite buscar el personal necesario para cada necesidad y tener una buena idea del procedimiento que requiere cada uno. Luego de saber todo esto, Camila contactó a expertos en el tema para que hicieran ellos el trabajo. Desde ese momento, Andrés pudo tocar batería sin interrumpir en nada las prácticas de piano de ella, y ella pudo volver a escuchar el sonido melódico y fino de su piano en su habitación.
¡Qué bueno son los finales felices!